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ETAPAS

  • Foto del escritor: MARÍA FERNANDA TORRICO ROJAS
    MARÍA FERNANDA TORRICO ROJAS
  • 21 dic 2021
  • 3 Min. de lectura

Ver que la respiración de mi abuela disminuía poco a poco fue el punto en el que me di cuenta de su dolorosa enfermedad. Hasta ese momento, solo había derramado lágrimas en silencio para no empeorar las cosas. Estaba cegada y no quería escuchar a otras personas que me advertían que pronto llegaría el momento.

“Murió”, dijo mi tía. Mi vista se nubló y comencé a escuchar llantos desconsolados. En ese momento, empecé a gritar y llorar hasta no poder respirar. Me acerqué a ella, estaba sonriendo. De alguna forma, no podía aceptar que ya no estaba. Comencé a pensar y decir que seguía respirando pero, en el fondo, sabía que no.

Cuando se calmó un poco el ambiente, mis tíos y mi mamá salieron de la casa para hacer los trámites de defunción. Me quedé en casa con mi abuelo y el cuerpo sin vida de mi abuela. La miraba y aún sentía su respiración pero ya no dije nada porque mi abuelo estaba devastado.

En su funeral, a cada momento, me acercaba a mirar sus ojos, su nariz y su boca, esperando que hiciera algún movimiento. No dejé de rogar a mi imaginación que suceda eso hasta el momento de su entierro. Así, creí por unos meses que había enterrado viva a mi abuela.

A pocas semanas de su muerte, cuando seguía la tercera ola de la pandemia, vi a través de la ventana de mi auto una señora que parecía de la misma edad que mi abuela. Se encontraba en la calle, sin barbijo y hablando con personas desconocidas. La señora desafiaba a la muerte. Desde ese día, empecé a sentir ira y enojo. Me preguntaba el porqué mi abuela se había ido.

Comencé a pensar en la muerte, sobre todo, en las noches. No podía dormir porque pensamientos malos venían a mi mente. Me preguntaba varías cosas y no obtenía respuesta. Estaba confundida, enojada, triste y sin poder expresar mis sentimientos. Sentía culpa de lo que había sucedido. Pensé en los momentos malos que le hice pasar a mi abuela. Dejé de hablar con amigos. Mi casa era profunda oscuridad. El dolor estaba ahí en todo momento. Así, comencé a pensar en mi propia muerte.

Así, llegó el peor momento del proceso porque me rendía poco a poco. La muerte me seguía a todas partes. Ya no sentía placer ni alegría por lo que hacía. Necesitaba ayuda pero me daba miedo pedirla.

Pasé varios meses en ese estado, hasta que encontré pequeños caminos que me sacarían de esa oscuridad. Encontré una obra de teatro en la que se tocaba las etapas de duelo y comencé a darme cuenta que yo también las estaba pasando. Entendí que pasé por la negación, el enojo, la negociación y ahora me tocaba el dolor. Pensé que debía superarlo para llegar a la aceptación.

El dolor llegó y se fue poco a poco con la ayuda mutua de mi familia para que todos podamos seguir adelante y, también, poniendo de mi parte para retomar todas mis actividades.

Pasaron seis meses desde su muerte y aún no llegó la aceptación. Cada vez, me sorprendo de todo lo ocurrido como si fuese la primera vez. Se que lo lograré por ella. No la voy a olvidar nunca pero ya es hora de aceptar que ya no está y de vivir cómo ella hubiese querido que viva, feliz.


Fuente: Sonia Rojas

13 comentarios


Sonia Rojas
Sonia Rojas
26 dic 2021

la pérdida de un ser querido es algo terriblemente doloroso cuesta aceptar que ya no está en nuestra

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Bladimir Torrico
Bladimir Torrico
26 dic 2021

Las etapas del duelo son niveles que debemos superar.No es fácil llegar a la aceptación. Dentro del proceso experimentamos otros sentimientos que debemos sobrellevar.

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Bruno Lopez
Bruno Lopez
26 dic 2021

Triste pérdida😪 Siempre hay que tener mucha fortaleza!

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Rodrigo Araujo
Rodrigo Araujo
26 dic 2021

Me identifico mucho con la historia. La leo y me hace recordar a la pérdida de la persona que más quería. Superar estas facetas no es fácil pero con el tiempo uno se acostumbra

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Miranda Katherine
Miranda Katherine
26 dic 2021

Es muy triste cuando nuestros seres queridos se van, pero siempre hay que recordarlos con amor y así vivirán en nuestros corazones toda una eternidad.

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